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Bautismo de Cristo
- Autor: Joaquín Campos (1748-1811)
- Medidas: 98 x 76 cm
- Época: Siglo XIX, 1806
- Técnica: Óleo sobre lienzo
- Propiedad: Iglesia de San Juan Bautista
Estudio histórico artístico
Pintor de origen oriolano (1748-1811) cursó estudios de pintura en la Real Academia de San Carlos de Valencia, a la cual perteneció desde 1773. Alfonso Emilio Pérez Sánchez lo considera el último eslabón de la tradición pictórica valenciana. Fue director de la Sección de Pintura de la Sociedad Económica de Amigos de País que en cierto modo prestigió el semblante artístico, considerado maestro por muchos de sus condiscípulos, según Baquero Almansa. La abundancia de óleos salidos de la mano del pintor que ha llegado hasta nosotros permite reconocer a un artista notable aunque anclado en los parámetros estéticos y técnicos de la centuria anterior.
Son muy reconocidos sus grandes lienzos dedicados a la MagdalenaPenitente (Museo de Bellas Artes de Murcia) o la gran composición alegórica conocida como La peste (1806), obra que nos remite a la grave epidemia que sufrió la ciudad de Cartagena y al auxilio proporcionado por el Obispado y órdenes religiosas. El Concejo municipal de Murcia encargó esta gran composición a Campos y aunque estuvo exhibida durante años como depósito en la Sección de Bellas Artes del Museo de Murcia, en la actualidad ha pasado definitivamente a los fondos artísticos del mencionado ayuntamiento. También cultivó el retrato, y así realizó el de Fernando VII para el Salón de Sesiones del Concejo de nuestra capital, el de Rubín de Celis para la serie de obispos de Cartagena y en la Sociedad Económica de Amigos del País el retrato del pintor Senén Vila, así como otras composiciones no expresamente religiosas.
La obra que nos ocupa, firmada en 1811, responde a las características de un barroco anquilosado y moribundo en sus registros, habida cuenta, además, de la notable pujanza de las Academias y de otras temáticas y géneros en el arte español desde finales del Setecientos. Representa uno de los temas de más trascendencia dentro del arte religioso, cual es el bautismo en el Jordán de Cristo, de gran trayectoria en la iconografía cristológica y que tras el Concilio de Trento reforzó su claro sentido sacramental y contemplativo.
Son muy reconocidos sus grandes lienzos dedicados a la MagdalenaPenitente (Museo de Bellas Artes de Murcia) o la gran composición alegórica conocida como La peste (1806), obra que nos remite a la grave epidemia que sufrió la ciudad de Cartagena y al auxilio proporcionado por el Obispado y órdenes religiosas. El Concejo municipal de Murcia encargó esta gran composición a Campos y aunque estuvo exhibida durante años como depósito en la Sección de Bellas Artes del Museo de Murcia, en la actualidad ha pasado definitivamente a los fondos artísticos del mencionado ayuntamiento. También cultivó el retrato, y así realizó el de Fernando VII para el Salón de Sesiones del Concejo de nuestra capital, el de Rubín de Celis para la serie de obispos de Cartagena y en la Sociedad Económica de Amigos del País el retrato del pintor Senén Vila, así como otras composiciones no expresamente religiosas.
La obra que nos ocupa, firmada en 1811, responde a las características de un barroco anquilosado y moribundo en sus registros, habida cuenta, además, de la notable pujanza de las Academias y de otras temáticas y géneros en el arte español desde finales del Setecientos. Representa uno de los temas de más trascendencia dentro del arte religioso, cual es el bautismo en el Jordán de Cristo, de gran trayectoria en la iconografía cristológica y que tras el Concilio de Trento reforzó su claro sentido sacramental y contemplativo.
Estado de conservación
Óleo sobre lienzo con preparación roja, muy común en la obra pictórica de este autor. El estado de conservación era muy deficiente. La tela se encontraba con grandes deformaciones que coincidian con las carnaciones de los personajes, más ricas en albayalde y con mayor carga pictórica, frente a los fondos y la decoración que está realizada con colores más diluidos.
La capa de suciedad era muy gruesa y estaba muy oscura por la oxidación de aceites y barnices. Debajo de esta se apreciaban muchos repintes.
La tela tenía rotos y sietes.
La obra se encontraba firmada por el reverso. Dato muy habitual en la producción de este pintor.
La capa de suciedad era muy gruesa y estaba muy oscura por la oxidación de aceites y barnices. Debajo de esta se apreciaban muchos repintes.
La tela tenía rotos y sietes.
La obra se encontraba firmada por el reverso. Dato muy habitual en la producción de este pintor.
Proceso de intervención
- Toma de muestras y analíticas
- Protección de la película pictórica
- Desmontaje del bastidor
- Reentelado con fibra de vidrio para visualizar la firma por el reverso
- Montaje en nuevo bastidor
- Limpieza química
- Estucado de carencias
- Reintegración cromática diferenciada
- Barnizado final protector