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Busto de Dolorosa
- Autor: Marcos Laborda
- Medidas: 85 x 66 x 43 cm.
- Época: Siglo XVIII
- Técnica: Madera tallada y policromada con estofas
- Propiedad: Hospicio de Santa Florentina de Murcia
Estudio histórico artístico
Marcos Laborda (1752-1822) es un escultor perteneciente a la estela dejada por Francisco Salzillo que en la ciudad de Caravaca de la Cruz encontró importantes seguidores tales como José López del cual aprende el oficio. Aunque tradicionalmente se le consideró discípulo de Roque López y seguidor, “… (de) la tradición salzillesca” (Baquero, 334), este autor aglutina todos aquellos elementos que caracterizan los agradables arquetipos del rococó y las primeras trazas de la normativa académica.
La Virgen de las Angustias de El Salvador de Caravaca (1776), inspirada en la difundida devoción mariana promovida por el obispo Belluga y en los modelos iconográficos recreados por el insigne Salzillo, es talla de Laborda, así como su homónima, más tardía, perteneciente a la Cofradía de la Preciosísima Sangre de Cehegín, descartada la autoría tradicionalmente atribuida a Roque López. De la citada iglesia de El Salvador se le asignan varias obras de retablo, un San Blas, un San Pascual Bailón, un San Antonio y la magnifica talla de tamaño natural de la Dolorosa. Baquero Almansa en su Galería biográfica….reseña otras esculturas de Laborda, una Virgen de las Angustias en Santo Domingo de Mula; en Lorca, una imagen de Nuestra Señora de los Desamparados y de la Virgen del Carmen en la iglesia de San Diego y el Niño perteneciente a la Virgen del Rosario (referencia recogida de los Apuntes de Cánovas, citada por Baquero).
En Murcia se conserva un Buen Pastor o Niño Pastor, perteneciente en su día a la colección particular de Don Miguel Jiménez de Cisneros, adquirido en 1989 por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia para el actual Museo de Bellas Artes de Murcia.
La talla que nos ocupa pertenece a las Hijas de la Caridad de Murcia, comunidad de religiosas cuya sede se halla emplazada en el Hospicio de Santa Florentina, Fundación Pía del Cardenal Belluga. Adjudicada en su día como de Francisco Salzillo, fue legada en 1924 a esta congregación por Doña Carmen de Alarcón y López, según consta en documento notarial pertinente.
Se trata de una escultura de casi tres cuartos que representa a la Virgen Dolorosa entregada a su dolor, con la mirada ligeramente elevada y las manos unidas en oración; un puñal traspasa su corazón, señal inequívoca del sufrimiento, plasmado de forma discreta y distante a través de una expresión de resplandeciente equilibrio. Viste a la hebrea túnica anudada con cinto y manto y un pañuelo o toca interior listada, uno de cuyos extremos se dispone en diagonal sobre su cuerpo, redunda en el gesto contenido de la imagen. Descuellan rostro y manos de impecable talla y carnaciones, así como la elegancia en la decoración y disposición de paños. Ricas estofas que guarnecen los tonos azules y rosas de manto y túnica constituyen el trasunto de tejidos espolinados, cuya decoración floral nos remite a los repertorios del Rococó.
Tras un análisis exhaustivo radiológico se comprobó la existencia de cédula de autor en su interior. Fue extraída e incluye la siguiente leyenda: “FECIT MARCUS LABORDA (.) AÑO DE 1798 EN MURCIA / DON JUAN PEDRO FLOREZ NABARRO BIEN ECHOR / PARA LA GRAN REINA”.
La Virgen de las Angustias de El Salvador de Caravaca (1776), inspirada en la difundida devoción mariana promovida por el obispo Belluga y en los modelos iconográficos recreados por el insigne Salzillo, es talla de Laborda, así como su homónima, más tardía, perteneciente a la Cofradía de la Preciosísima Sangre de Cehegín, descartada la autoría tradicionalmente atribuida a Roque López. De la citada iglesia de El Salvador se le asignan varias obras de retablo, un San Blas, un San Pascual Bailón, un San Antonio y la magnifica talla de tamaño natural de la Dolorosa. Baquero Almansa en su Galería biográfica….reseña otras esculturas de Laborda, una Virgen de las Angustias en Santo Domingo de Mula; en Lorca, una imagen de Nuestra Señora de los Desamparados y de la Virgen del Carmen en la iglesia de San Diego y el Niño perteneciente a la Virgen del Rosario (referencia recogida de los Apuntes de Cánovas, citada por Baquero).
En Murcia se conserva un Buen Pastor o Niño Pastor, perteneciente en su día a la colección particular de Don Miguel Jiménez de Cisneros, adquirido en 1989 por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia para el actual Museo de Bellas Artes de Murcia.
La talla que nos ocupa pertenece a las Hijas de la Caridad de Murcia, comunidad de religiosas cuya sede se halla emplazada en el Hospicio de Santa Florentina, Fundación Pía del Cardenal Belluga. Adjudicada en su día como de Francisco Salzillo, fue legada en 1924 a esta congregación por Doña Carmen de Alarcón y López, según consta en documento notarial pertinente.
Se trata de una escultura de casi tres cuartos que representa a la Virgen Dolorosa entregada a su dolor, con la mirada ligeramente elevada y las manos unidas en oración; un puñal traspasa su corazón, señal inequívoca del sufrimiento, plasmado de forma discreta y distante a través de una expresión de resplandeciente equilibrio. Viste a la hebrea túnica anudada con cinto y manto y un pañuelo o toca interior listada, uno de cuyos extremos se dispone en diagonal sobre su cuerpo, redunda en el gesto contenido de la imagen. Descuellan rostro y manos de impecable talla y carnaciones, así como la elegancia en la decoración y disposición de paños. Ricas estofas que guarnecen los tonos azules y rosas de manto y túnica constituyen el trasunto de tejidos espolinados, cuya decoración floral nos remite a los repertorios del Rococó.
Tras un análisis exhaustivo radiológico se comprobó la existencia de cédula de autor en su interior. Fue extraída e incluye la siguiente leyenda: “FECIT MARCUS LABORDA (.) AÑO DE 1798 EN MURCIA / DON JUAN PEDRO FLOREZ NABARRO BIEN ECHOR / PARA LA GRAN REINA”.
Estado de conservación
Talla en madera policromada, dorada y estofada que presentaba un estado de conservación era muy deficiente. La principal patología existente en la escultura era la gran abrasión de la policromía, provocada por limpiezas muy agresivas. Esto había provocado la abrasión de este estrato, llegando en algunas zonas a transparentarse la capa de preparación subyacente. Todo el conjunto presentaba abundante suciedad generalizada, grietas puntuales como consecuencia de los movimientos del soporte, así como pérdidas puntuales de soporte, aparejo y policromía.
Proceso de intervención
- Analítica y toma de muestras
- Protección puntual y consolidación de estratos
- Limpieza físico-química
- Sellado de grietas
- Reconstrucción de la capa de preparación
- Reintegración cromática diferenciada
- Reintegración con lamina de oro fino al agua
- Barnizado final de protección