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San Blas

  • Autor: Francisco Salzillo
  • Medidas: 173 x 92 x 60 cm
  • Época: Siglo XVIII
  • Técnica: Madera tallada y policromada, imagen de devanaderas
  • Propiedad: Iglesia de Santa Eulalia de Murcia

Estudio histórico artístico

Adscrita a la producción de Francisco Salzillo (J. Sánchez Moreno, 139. ), la imagen de vestir que representa al santo taumaturgo responde a uno de los emblemas religiosos más característicos de la ciudad de Murcia descrita y documentada a vuelapluma en el Ochocientos por Javier Fuentes y Ponte de la siguiente manera:

“…bella y milagrosa imagen (….) la cual es de vestir o de devanaderas, obra del escultor murciano D. Francisco Salzillo y fue encarnada de nuevo su cabeza y manos en 1876 por el escultor Sánchez Araciel, a consecuencia de haberse incendiado los vestidos pontificales en el día de la fiesta 3 de febrero de aquel año, ahumándose la encarnación, cuyo siniestro ocurrió por prender una chispa a un ramo de flores artificiales próximo a la imagen: ésta es de 1.64 de altura. Su cabeza es hermosa, tiene perilla y demuestra ser un estudiado retrato; levanta muy alta su mano derecha como dando la bendición y la izquierda a la altura de la cadera sostiene un cuchillo que demuestra ser el instrumento de su martirio…..la bien figurada degolladura que tiene en el cuello tan admirablemente hecha su imitación que parece fresca la sangre al brotar de ella” (J. Fuentes y Ponte, págs. 106-107).

En efecto, la devoción a San Blas se consolida en la Murcia cristiana desde finales de la Edad Media hasta los primeros decenios del Seiscientos, cuando su advocación se vincula al convento de los Trinitarios. Efectivamente, las pinturas de Villacis, desaparecido programa iconográfico parietal dispuesto en la iglesia del convento, girará en torno a la vida y milagros de San Blas. Un siglo después, Francisco Salzillo o su obrador realizaría la talla de vestir que en la actualidad y tras la Desamortización de Mendizábal, se venera en la parroquia de Santa Eulalia.

Si bien mantiene todas aquellas cualidades relativas al decoro y estética que ha de manifestar una obra artística, la talla en su día se manipuló readaptando al candelero un bastísimo y torpe tejido encolado junto a una peana de conglomerado de madera que hizo de la talla una obra vulnerable debido al deterioro continuo de este soporte.

Estado de conservación

La escultura registraba varias intervenciones y modificaciones en su posición con respecto a la obra original. Debajo de la gruesa capa de suciedad y barniz oxidado existían repintes y en algunas zonas como el rostro éstos abarcaban toda la superficie. El tronco presentaba varias grietas y desencoladuras. De igual manera se observaban en el mismo, pérdidas importantes de soporte. La policromía de cabeza y manos mostraba una gran cantidad de suciedad, barnices oxidados y muchos repintes. Debajo de éstos además  se observaban perdidas de policromía.

En las manos aparecían algunos dedos rotos y mal adheridos así como muchas rozaduras y abrasiones.

Las devanaderas habían sufrido, a su vez, numerosas intervenciones en las cuales se colocaron en su día nuevas piezas de refuerzo. La unión del tronco con las devanaderas estaba realizada con unas chapas metálicas.

En el báculo de madera realizado en plata corlada y oro también se han verificado pérdidas de soporte, suciedad general y determinados desgastes en los metales.

Proceso de intervención

  1. Estudio y documentación fotográfica de la obra (unas 150 fotos iniciales).
  2. Realización de los croquis de diagnosis.
  3. Toma de micro muestras para su análisis (de cada color, oro y madera), se toman un total de 5 micro muestras.
  4.  Análisis UVA. Se aprecian claramente los repintes en oscuro en grandes en zonas, como la cara  y manos. El barniz, al no ser muy antiguo da una difracción suavemente lechosa
  5. Consolidación puntual de zonas de capa pictórica con desprendimientos. Se utiliza consolidante orgánico aplicado por impregnación ayudado por la espátula caliente. 
  6. Limpieza físico - química. Se realiza las diferentes pruebas químicas hasta determinar el tipo de disolución. Una vez retirada la suciedad y el barniz se eliminan los repintes.
  7.  Barnizado retoques a brocha (templado y bruñido).
  8. Estucado de las lagunas o faltas de capa pictórica. Con yeso convencional en colágeno orgánico con un pequeño añadido de fenol
  9. Reintegración pictórica con  colores reversibles siguiendo la técnica para su diferenciación  del original de la abstracción cromática (rigattino) y dorando si fuera preciso.
  10. En el báculo después de eliminar la suciedad mediante limpieza química, se tallan las piezas faltantes, dorando las grandes zonas perdidas y reintegrando las carencias de menor tamaño.
  11. Las devanaderas son sustituidas por unas nuevas realizas iguales que las antiguas pero en madera de haya sometida a un secado de horno para estabilizarla. 
  12. Barnizado final de protección con barniz pulverizado en cámara especial.

Imágenes

San Blas - Imagen 1 San Blas - Imagen 2