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Santa María La Real de Gracia
- Autor: Anónimo
- Medidas: 148 x 64 x 48 cm
- Época: Siglo XVIII
- Técnica: Madera policromada
- Propiedad: Iglesia de San Juan de Dios
Estudio histórico artístico
La iglesia de San Juan de Dios de Murcia se halla vinculada a la historia de la ciudad desde el siglo XIII. Ya entonces, por voluntad del Rey Sabio se creó, en el mismo emplazamiento que ocupara el alcázar musulmán, el primer santuario de la ciudad dedicado a la Virgen.
El tiempo y la historia confirmarían un edificio bien diferente del primitivo, regentado desde el primer tercio del Seiscientos por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, y con unas características que desde el siglo XVIII se han mantenido intactas.
Las trazas del edificio conservado se deben al Maestro Alarife de la Catedral, Martín Solera que, hacia 1742 diseña un espacio arquitectónico de planta oval, más afín a la impronta berninesca que a las construcciones religiosas realizadas en Murcia en aquellos momentos.
Su interior responde fielmente a la fusión de todas las artes visuales y plásticas donde la pintura, la escultura, las artes suntuarias y los elementos decorativos configuran un exquisito conjunto narrativo y alusivo a la Eucaristía y su devoción.
Se trata de uno de los espacios religiosos más interesantes de la Región de Murcia. Su planta centrada, una concepción original en la integración de sus elementos espaciales, arquitectónicos y decorativos, así como un programa iconográfico definido, la hacen merecedora de ser una de los paradigmas en Murcia de la integración de las distintas manifestaciones plásticas.
La imagen que nos ocupa es una talla adscrita a los parámetros estéticos del siglo XVIII aunque se han detectados rasgos plásticos de finales del Quinientos; Rivas Carmona apunta su vinculación con la estética salzillesca (facciones redondeadas y rasgos menudos) fruto de la renovación de otra más antigua que en algún momento fue modernizada y actualizada. (1997:88).
Considero que estamos ante una pieza de indudable interés ya que marca una serie de parámetros plásticos y estéticos enraizados en un barroco ya atemperado y tamizado por el gusto del primer tercio del siglo XIX, a quien debe esa impronta de artificiosa belleza. Los rasgos estereotipados y un tratamiento somero de algunas partes (orejas, dedos, cejas,) se combinan certeramente con la suntuosidad de los adminículos y ropajes recreando, sin lugar a dudas, una de las advocaciones de la Virgen más hermosas de Murcia.
Javier Fuentes y Ponte, al describir el retablo principal de San Juan de Dios traza los siguientes apuntes: “El altar principal que es de mármoles negro y rojo combinados, pertenece al gusto greco-romano con decoraciones del género Luís XV en el orden compuesto. Casi central a su altura se halla el camarín, cubierto casi siempre con un cuadro al óleo, con la copia de la Titular por el exterior…….y dentro del camarín que es muy capaz, está la imagen de Nuestra Señora de Gracia y Buen Suceso, de 1m. 50 de alto; es de vestir sin que sea de escultura mas que la cabeza y las manos, éstas las tiene juntas delante del pecho: posee algún manto y vestidos regulares, pero no es una mediana obra de arte” (1880:72).
Su ficha técnica es la siguiente:
- Encarnaciones a pulimento en rostro y manos
- Cabeza con el cabello pintado para disponer tocas, peluca y rostrillo
- Cejas arqueadas
- Ojos de cristal melado con pestañas
- Nariz recta
- Orejas saledizas
- Boca en forma de silueta de paloma voladora, apretada y en gesto de sonrisa.
- Cabeza y tronco enterizos.
- Tronco teñido de color marrón y que simula cuerpecillo o armadura en bisel y forma pico “V” en cintura para ajustar ropajes. Se le mutilaron los pechos en su día.
- Brazos con dos juegos de rodeznos originariamente. Actualmente se hallan los brazos fijos hasta el codo.
- Va en actitud orante.
- Sobre la cabeza, agujero para sujeción.
- Devanadera o bastidor de cuatro pabellones.
El tiempo y la historia confirmarían un edificio bien diferente del primitivo, regentado desde el primer tercio del Seiscientos por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, y con unas características que desde el siglo XVIII se han mantenido intactas.
Las trazas del edificio conservado se deben al Maestro Alarife de la Catedral, Martín Solera que, hacia 1742 diseña un espacio arquitectónico de planta oval, más afín a la impronta berninesca que a las construcciones religiosas realizadas en Murcia en aquellos momentos.
Su interior responde fielmente a la fusión de todas las artes visuales y plásticas donde la pintura, la escultura, las artes suntuarias y los elementos decorativos configuran un exquisito conjunto narrativo y alusivo a la Eucaristía y su devoción.
Se trata de uno de los espacios religiosos más interesantes de la Región de Murcia. Su planta centrada, una concepción original en la integración de sus elementos espaciales, arquitectónicos y decorativos, así como un programa iconográfico definido, la hacen merecedora de ser una de los paradigmas en Murcia de la integración de las distintas manifestaciones plásticas.
La imagen que nos ocupa es una talla adscrita a los parámetros estéticos del siglo XVIII aunque se han detectados rasgos plásticos de finales del Quinientos; Rivas Carmona apunta su vinculación con la estética salzillesca (facciones redondeadas y rasgos menudos) fruto de la renovación de otra más antigua que en algún momento fue modernizada y actualizada. (1997:88).
Considero que estamos ante una pieza de indudable interés ya que marca una serie de parámetros plásticos y estéticos enraizados en un barroco ya atemperado y tamizado por el gusto del primer tercio del siglo XIX, a quien debe esa impronta de artificiosa belleza. Los rasgos estereotipados y un tratamiento somero de algunas partes (orejas, dedos, cejas,) se combinan certeramente con la suntuosidad de los adminículos y ropajes recreando, sin lugar a dudas, una de las advocaciones de la Virgen más hermosas de Murcia.
Javier Fuentes y Ponte, al describir el retablo principal de San Juan de Dios traza los siguientes apuntes: “El altar principal que es de mármoles negro y rojo combinados, pertenece al gusto greco-romano con decoraciones del género Luís XV en el orden compuesto. Casi central a su altura se halla el camarín, cubierto casi siempre con un cuadro al óleo, con la copia de la Titular por el exterior…….y dentro del camarín que es muy capaz, está la imagen de Nuestra Señora de Gracia y Buen Suceso, de 1m. 50 de alto; es de vestir sin que sea de escultura mas que la cabeza y las manos, éstas las tiene juntas delante del pecho: posee algún manto y vestidos regulares, pero no es una mediana obra de arte” (1880:72).
Su ficha técnica es la siguiente:
- Encarnaciones a pulimento en rostro y manos
- Cabeza con el cabello pintado para disponer tocas, peluca y rostrillo
- Cejas arqueadas
- Ojos de cristal melado con pestañas
- Nariz recta
- Orejas saledizas
- Boca en forma de silueta de paloma voladora, apretada y en gesto de sonrisa.
- Cabeza y tronco enterizos.
- Tronco teñido de color marrón y que simula cuerpecillo o armadura en bisel y forma pico “V” en cintura para ajustar ropajes. Se le mutilaron los pechos en su día.
- Brazos con dos juegos de rodeznos originariamente. Actualmente se hallan los brazos fijos hasta el codo.
- Va en actitud orante.
- Sobre la cabeza, agujero para sujeción.
- Devanadera o bastidor de cuatro pabellones.
Estado de conservación
Se trata de una imagen de vestir o devanaderas. Presentaba numerosos problemas de conservación y múltiples patologías.
Las devanaderas estaban cubiertas por un enlienzado que no era original, al levantar este se comprobó la mala calidad de las maderas que conformaban la estructura de leñosa, los listones presentaban un gran ataque de xilófagos, además de encontrarse muy debilitados y mal sujetos. La base se encontraba abierta en tres trozos, únicamente sujetos por el listonaje.
Las policromías de manos y cabeza presentaban una gruesa capa de suciedad, constituida por grasas, humos, contaminación y restos de barnices. Debajo de esta se ocultaban al menos tres repolicromías diferentes sobre la original, las estratigrafías confirmaron que quedaban restos de la original en muy mal estado.
Se observaban además grietas y pequeñas fisuras en las carnaciones y en el busto de la imagen. Las policromías presentaban pérdidas de aparejo y color en diversos puntos.
Las devanaderas estaban cubiertas por un enlienzado que no era original, al levantar este se comprobó la mala calidad de las maderas que conformaban la estructura de leñosa, los listones presentaban un gran ataque de xilófagos, además de encontrarse muy debilitados y mal sujetos. La base se encontraba abierta en tres trozos, únicamente sujetos por el listonaje.
Las policromías de manos y cabeza presentaban una gruesa capa de suciedad, constituida por grasas, humos, contaminación y restos de barnices. Debajo de esta se ocultaban al menos tres repolicromías diferentes sobre la original, las estratigrafías confirmaron que quedaban restos de la original en muy mal estado.
Se observaban además grietas y pequeñas fisuras en las carnaciones y en el busto de la imagen. Las policromías presentaban pérdidas de aparejo y color en diversos puntos.
Proceso de intervención
1. Catas de limpieza:
Primeramente se decidió hacer una secuencia mecánica para poder concretar el número de policromías que existían en la pieza.
Después, se empezó a hacer pruebas de limpieza y tras la diversidad de disoluciones utilizadas, se llegó a la conclusión que lo más apropiado para ello era la utilización de ligroina, para eliminar la suciedad superficial y posteriormente un solvent gel TEA, que conseguía eliminar la repolicromía.
2. Eliminación de elementos no originales:
Se decidió la eliminación del enlienzado, puesto que no era original. Éste recubría tanto el torso como las devanaderas originales. Se eliminaron, y nos permitió comprobar el deficiente estado de conservación que presentaban, tanto por la desencoladura de su tablero inferior, por el importante ataque de insectos xilófagos, como por la cantidad de listones añadidos posteriormente. En la parte superior de la espalda, también había una pieza de madera añadida probablemente en el momento en el que la imagen fue enlienzada. Ésta estaba sujeta con dos tornillos, que también fueron eliminados.
3. Desmontaje de piezas:
Debido al mal estado de conservación que presentaban las devanaderas, se decidió sustituirlas por unas nuevas. Por tanto, se desmontó el torso de éstas. La unión estaba realizada mediante la colocación de dos clavos de forja.
Las manos también fueron desmontadas del brazo. Éstas estaban unidas mediante unos tornillos de rosca madera.
4. Media limpieza:
Después se procedió a realizar la media limpieza de la parte izquierda, tanto de la imagen como de las manos.
En las manos, tras la eliminación de los repintes superficiales y la repolicromía, aparecieron numerosos estucos tanto en la zona de la muñeca como repartidos por toda la superficie. También se observan otros repintes. Tanto los estucos como los repintes, se encuentran ocultando otra policromía inferior.
Una vez realizada la limpieza físico-química, se procedió a realizar una mecánica con el bisturí, eliminando la suciedad más puntual, y así conseguir, una limpieza más igualada.
5. Limpieza:
El resto de la limpieza se terminó de realizar con lo anteriormente citado.
6. Enchuletado:
En las grietas que presentaba el torso en la parte trasera y en el lateral izquierdo, zona inferior, fueron enchuletadas con madera de balsa adherida con cola blanca.
7. Estucado:
En las zonas con pérdida de capa de preparación y pictórica, se procedió a rellenarlas con un estuco tradicional de taller. Posteriormente, se desestucó a nivel mediante bisturí y lija fina. Los agujeros que existían por el torso, fueron tapados con resina epoxi de dos componentes SC 258.
8. Barnizado intermedio:
Se realizó un barnizado intermedio con brocha con un 70% de barniz retoques y un 30% de esencia de trementina, ambos productos de la casa Titan.
9. Barnizado final:
Se aplico a pistola en dos fases, en primer lugar con barniz satinado para igualar el brillo y tono de las reintegraciones. Posteriormente se aplicó barniz retoques rebajado al 20% con esencia de trementina.
Primeramente se decidió hacer una secuencia mecánica para poder concretar el número de policromías que existían en la pieza.
Después, se empezó a hacer pruebas de limpieza y tras la diversidad de disoluciones utilizadas, se llegó a la conclusión que lo más apropiado para ello era la utilización de ligroina, para eliminar la suciedad superficial y posteriormente un solvent gel TEA, que conseguía eliminar la repolicromía.
2. Eliminación de elementos no originales:
Se decidió la eliminación del enlienzado, puesto que no era original. Éste recubría tanto el torso como las devanaderas originales. Se eliminaron, y nos permitió comprobar el deficiente estado de conservación que presentaban, tanto por la desencoladura de su tablero inferior, por el importante ataque de insectos xilófagos, como por la cantidad de listones añadidos posteriormente. En la parte superior de la espalda, también había una pieza de madera añadida probablemente en el momento en el que la imagen fue enlienzada. Ésta estaba sujeta con dos tornillos, que también fueron eliminados.
3. Desmontaje de piezas:
Debido al mal estado de conservación que presentaban las devanaderas, se decidió sustituirlas por unas nuevas. Por tanto, se desmontó el torso de éstas. La unión estaba realizada mediante la colocación de dos clavos de forja.
Las manos también fueron desmontadas del brazo. Éstas estaban unidas mediante unos tornillos de rosca madera.
4. Media limpieza:
Después se procedió a realizar la media limpieza de la parte izquierda, tanto de la imagen como de las manos.
En las manos, tras la eliminación de los repintes superficiales y la repolicromía, aparecieron numerosos estucos tanto en la zona de la muñeca como repartidos por toda la superficie. También se observan otros repintes. Tanto los estucos como los repintes, se encuentran ocultando otra policromía inferior.
Una vez realizada la limpieza físico-química, se procedió a realizar una mecánica con el bisturí, eliminando la suciedad más puntual, y así conseguir, una limpieza más igualada.
5. Limpieza:
El resto de la limpieza se terminó de realizar con lo anteriormente citado.
6. Enchuletado:
En las grietas que presentaba el torso en la parte trasera y en el lateral izquierdo, zona inferior, fueron enchuletadas con madera de balsa adherida con cola blanca.
7. Estucado:
En las zonas con pérdida de capa de preparación y pictórica, se procedió a rellenarlas con un estuco tradicional de taller. Posteriormente, se desestucó a nivel mediante bisturí y lija fina. Los agujeros que existían por el torso, fueron tapados con resina epoxi de dos componentes SC 258.
8. Barnizado intermedio:
Se realizó un barnizado intermedio con brocha con un 70% de barniz retoques y un 30% de esencia de trementina, ambos productos de la casa Titan.
9. Barnizado final:
Se aplico a pistola en dos fases, en primer lugar con barniz satinado para igualar el brillo y tono de las reintegraciones. Posteriormente se aplicó barniz retoques rebajado al 20% con esencia de trementina.