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Santo Domingo
- Autor: Juan González Moreno (1908-1996)
- Medidas: 190 x 80 x 60 cm.
- Época: Siglo XX
- Técnica: Madera dorada y policromada.
- Propiedad: Iglesia de Santo Domingo de Mula.
Estudio histórico artístico
Uno de los artistas más relevantes del siglo XX en Murcia es, sin lugar a dudas, el escultor Juan González Moreno (1908-1996). Su obra, a caballo entre la tradición y los parámetros de la plástica contemporánea, se concreta en soluciones estéticas enraizadas en los conceptos de mediterraneidad y clasicismo que, desde el Noucentisme catalán, aflorarían ininterrumpidamente a lo largo de toda la centuria.
Versátil, intuitivo, maestro en la técnica, González Moreno asumió su papel de catalizador de una época, o de varias, pues su biografía artística es amplia, sin olvidar que trató, de igual forma, la temática religiosa y los demás géneros escultóricos siempre de manera impecable.
Toda su obra escultórica se caracteriza por el perfecto tratamiento técnico y la plasmación de unos motivos iconográficos adecuados a la temática tratada. El retrato, el desnudo, la figura humana en su plenitud, la alegoría y el mito pugnan ante el asunto religioso, verdadera piedra angular de toda su producción artística. En el tema religioso descuella el maestro, pero además con una profundidad ascética insuperable y el dominio de unos registros compositivos afines a los maestros antiguos.
La obra que nos ocupa pertenece a la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Mula donde el autor ha sabido plegarse a las exigencias de una iconografía precisa, sin olvidar los detalles o atributos, tales como el perro con su correspondiente antorcha que vinculan a esta figura con la de su madre, Santa Juana de Aza , o el hábito dominico de adusta y sencilla policromía. Rostro y manos presentan una extraordinaria talla recurriendo el maestro a soluciones técnicas compatibles con la impronta peculiar que marca su gubia.
Estamos ante una de las figuras artísticas más significativas del siglos XX; ni la extraordinaria presencia de Francisco Salzillo, que en muchas ocasiones palpita en parte de su obra, ni la personalidad rotunda de José Planes, diluyen el perfil de un sólido escultor que, sin lugar a dudas, estableció y difundió unos parámetros estéticos enraizados en el pasado histórico y en la modernidad. Desde della Robbia a Maillol, desde Manzú a Martínez Montañés, Juan González Moreno estableció un personalísimo lenguaje plástico inigualable marcado por su inagotable fecundidad iconográfica donde distintos géneros y técnicas han coexistido de manera extraordinaria.
Versátil, intuitivo, maestro en la técnica, González Moreno asumió su papel de catalizador de una época, o de varias, pues su biografía artística es amplia, sin olvidar que trató, de igual forma, la temática religiosa y los demás géneros escultóricos siempre de manera impecable.
Toda su obra escultórica se caracteriza por el perfecto tratamiento técnico y la plasmación de unos motivos iconográficos adecuados a la temática tratada. El retrato, el desnudo, la figura humana en su plenitud, la alegoría y el mito pugnan ante el asunto religioso, verdadera piedra angular de toda su producción artística. En el tema religioso descuella el maestro, pero además con una profundidad ascética insuperable y el dominio de unos registros compositivos afines a los maestros antiguos.
La obra que nos ocupa pertenece a la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Mula donde el autor ha sabido plegarse a las exigencias de una iconografía precisa, sin olvidar los detalles o atributos, tales como el perro con su correspondiente antorcha que vinculan a esta figura con la de su madre, Santa Juana de Aza , o el hábito dominico de adusta y sencilla policromía. Rostro y manos presentan una extraordinaria talla recurriendo el maestro a soluciones técnicas compatibles con la impronta peculiar que marca su gubia.
Estamos ante una de las figuras artísticas más significativas del siglos XX; ni la extraordinaria presencia de Francisco Salzillo, que en muchas ocasiones palpita en parte de su obra, ni la personalidad rotunda de José Planes, diluyen el perfil de un sólido escultor que, sin lugar a dudas, estableció y difundió unos parámetros estéticos enraizados en el pasado histórico y en la modernidad. Desde della Robbia a Maillol, desde Manzú a Martínez Montañés, Juan González Moreno estableció un personalísimo lenguaje plástico inigualable marcado por su inagotable fecundidad iconográfica donde distintos géneros y técnicas han coexistido de manera extraordinaria.
Estado de conservación
La obra presentaba un estado de conservación muy deficiente.
Escultura de gran formato realizada en madera de pino rojo o de Suecia. El estado de conservación de la estructura del santo Domingo no difiere en absoluto de otras imágenes intervenidas anteriormente de este gran escultor, en donde observamos los grandes movimientos de las maderas “tan poco curadas” usadas en la ejecución. Además, las uniones de los tablones que forman la escultura no responden al método más idóneo en su ejecución y los movimientos internos de estas estructuras de madera se traducen externamente en grietas con la pérdida del yeso y de la policromía.
Toda la obra, excepto las carnaciones, estaba cubierta por un repinte reciente, al intentar ocultar la gran cantidad de desencoladuras existentes. Los materiales empleados para el mencionado repinte fueron colores sintéticos de fabricación industrial.
La obra presentaba además grandes acumulaciones de polvo.
Escultura de gran formato realizada en madera de pino rojo o de Suecia. El estado de conservación de la estructura del santo Domingo no difiere en absoluto de otras imágenes intervenidas anteriormente de este gran escultor, en donde observamos los grandes movimientos de las maderas “tan poco curadas” usadas en la ejecución. Además, las uniones de los tablones que forman la escultura no responden al método más idóneo en su ejecución y los movimientos internos de estas estructuras de madera se traducen externamente en grietas con la pérdida del yeso y de la policromía.
Toda la obra, excepto las carnaciones, estaba cubierta por un repinte reciente, al intentar ocultar la gran cantidad de desencoladuras existentes. Los materiales empleados para el mencionado repinte fueron colores sintéticos de fabricación industrial.
La obra presentaba además grandes acumulaciones de polvo.
Proceso de intervención
- Analítica y toma de muestras
- Eliminación de repintes
- Arreglo de las desencoladuras y grietas
- Estucado de carencias
- Reintegración cromática
- Protección final