El Edificio
PALACIO DEL MARQUÉS DE MENAHERMOSA
Típica casona del Barroco murciano, ubicada en el borde meridional del casco histórico-artístico de la ciudad de Mula, a orillas de la antigua carretera que une Murcia con Caravaca. Fue construida con gran sobriedad a base de tapial y ladrillo visto, si obviamos la gola pintada con motivos militares alusivas a la profesión del dueño y el escudo marquesal, colocado en la gran fachada sur.
En este lugar existían desde finales del siglo XVII, dos casas más pequeñas. Dª Magdalena de Mena Ferrari, esposa del marqués de Menahermosa don José Antonio de Llamas y Estrada, será la que construyó su vivienda en la parte de casa que Juan Diego Valcárcel Melgarejo legó al marqués en 1745, debido a la gran amistad que ambos trabaron en Lima (Perú). Posteriormente adquirió la que era propiedad de la familia Guillén.
El edificio está dotado de planta baja, primero o principal y de desvanes. En éstos, iluminados por una torre con amplias ventanas, se almacenaban los cereales y embutidos de la matanza y, dormían los criados. El bajo se destinó, igualmente, al servicio. En él se situaban las cocinas, el pozo, la bodega de aceite y la de vino, las cuadras y cocheras. El piso principal, dotado de amplios balcones, quedaba reservado a los propietarios. En este espacio se hallaban el comedor, al que se accedía por la puerta central del rellano de la escalera; los dormitorios y el gran salón de baile, hoy sala V del museo.
A la muerte del primer marqués, su hijo entre 1778- 1780, amplió el palacio por el norte añadiendo un gran cuerpo perfectamente trabado con el preexistente, que se advierte desde la calle, en el trozo de gola no pintado. Igualmente el alarife muleño Rodrigo Lentisco hizo un oratorio, al cerrar el último balcón del lado sur de la fachada principal, que fue decorado con sencillas pinturas y con los escudos heráldicos del matrimonio, en el frente de la mesa del altar. Igualmente ornaron la entrada principal con una portada de mármol, de las canteras de Cehegín.
Habrá que esperar al año 1927, para que se acometa una nueva remodelación del palacio, centrada en derribar parte de las cuadras y de las cocinas para hacer el jardín que hoy existe.
En la actualidad se emplaza en un solar exento de forma cuadrangular y una superficie aproximada de 900 m2, en el que apreciamos tres cuerpos claramente diferenciados, en cuanto a índole y volumen que corresponden respectivamente: al caserón barroco, a la ampliación del ala Norte que forma una “L” con éste, y el jardín que ocupa la esquina sudoeste.
Típica casona del Barroco murciano, ubicada en el borde meridional del casco histórico-artístico de la ciudad de Mula, a orillas de la antigua carretera que une Murcia con Caravaca. Fue construida con gran sobriedad a base de tapial y ladrillo visto, si obviamos la gola pintada con motivos militares alusivas a la profesión del dueño y el escudo marquesal, colocado en la gran fachada sur.
En este lugar existían desde finales del siglo XVII, dos casas más pequeñas. Dª Magdalena de Mena Ferrari, esposa del marqués de Menahermosa don José Antonio de Llamas y Estrada, será la que construyó su vivienda en la parte de casa que Juan Diego Valcárcel Melgarejo legó al marqués en 1745, debido a la gran amistad que ambos trabaron en Lima (Perú). Posteriormente adquirió la que era propiedad de la familia Guillén.
El edificio está dotado de planta baja, primero o principal y de desvanes. En éstos, iluminados por una torre con amplias ventanas, se almacenaban los cereales y embutidos de la matanza y, dormían los criados. El bajo se destinó, igualmente, al servicio. En él se situaban las cocinas, el pozo, la bodega de aceite y la de vino, las cuadras y cocheras. El piso principal, dotado de amplios balcones, quedaba reservado a los propietarios. En este espacio se hallaban el comedor, al que se accedía por la puerta central del rellano de la escalera; los dormitorios y el gran salón de baile, hoy sala V del museo.
A la muerte del primer marqués, su hijo entre 1778- 1780, amplió el palacio por el norte añadiendo un gran cuerpo perfectamente trabado con el preexistente, que se advierte desde la calle, en el trozo de gola no pintado. Igualmente el alarife muleño Rodrigo Lentisco hizo un oratorio, al cerrar el último balcón del lado sur de la fachada principal, que fue decorado con sencillas pinturas y con los escudos heráldicos del matrimonio, en el frente de la mesa del altar. Igualmente ornaron la entrada principal con una portada de mármol, de las canteras de Cehegín.
Habrá que esperar al año 1927, para que se acometa una nueva remodelación del palacio, centrada en derribar parte de las cuadras y de las cocinas para hacer el jardín que hoy existe.
En la actualidad se emplaza en un solar exento de forma cuadrangular y una superficie aproximada de 900 m2, en el que apreciamos tres cuerpos claramente diferenciados, en cuanto a índole y volumen que corresponden respectivamente: al caserón barroco, a la ampliación del ala Norte que forma una “L” con éste, y el jardín que ocupa la esquina sudoeste.